Tuesday, November 07, 2006

Exiliados puertas adentro



Son millones los chilenos que arrastran existencias miserables, pero que carecen de los contactos o las agallas para irse muy lejos de esta maravilla de país


José María Muñoz
(21/08/06)

HAY ALGO PEOR que tener que irse de Chile y que sentir que este país hace mal cuando se viene de visita: ser un exiliado en tu propio país, es decir tener que permanecer aquí porque no queda otra, pero acumulando frustración. Es lo que le sucede a millones de chilenos que acá sobreviven al pedo.

Es mucha la gente que nada tiene que ver con derechas beatas de ladrones y criminales, ni con concertaciones corruptas e incompetentes ni menos aún con izquierdas vociferantes de los derechos de todo tipo, pero haraganes a la hora del trabajo e intolerantes como la derecha más Opus Dei.

En Chile hay miles de exiliados que viven excluidos dentro de las fronteras del propio país, pero que jamás alzan la voz ni tienen la oportunidad de llorar el destierro en otros lugares del mundo y que se les escuche, si es que no alcanzaron a agarrar un pedazo de la repartija que han hecho del país los otroras adalides del marxismo semianalfabeto e ideológico.

En Chile es mucha la gente que está descontenta, ya sea con los bajos sueldos, con la inmundicia y la corrupción conforme a la ley que cada día se observa en la calle y en todas partes, con los empresarios abusadores que se enriquecen día a día mientras el resto se empobrece, la delincuencia callejera hace nata, lo mismo que la de cuello y corbata, la Justicia se muestra inoperante y otra serie de cosas que desde afuera no se ven.. Sin embargo, millones se bancan todo esto en silencio para mantener el salario "acorde a mercado" de 150 lucas.

En este contexto de país, los verdaderos exiliados son los que no pertenecen a las mafias políticas y/o herederas, los que se han ilusionado con el cuento de que en Chile el trabajo propio sirve para salir adelante, pero no han tomado en cuenta de que todo está ocupado por intereses, ya sea de uno u otro lado, para favorecerse mutuamente y mantener todo igual. Por eso es que tenemos una de las movilidades sociales más bajas del mundo: si naces pobre, lo más probable es que mueras pobre, a pesar, muchas veces, del instituto o la universidad. De la misma forma, si naces adinerado, aunque seas el imbécil e inepto más grande del mundo, lo más probable es que mueras siendo también adinerado. Sucede lo mismo si naces en una familia de politiqueros, de "artistas", o de pungas o maracas con buenos contactos; ése es nuestro Chile, país de los herederos y sus lameculos serviciales.

Los integrantes del 5% más rico del país perciben un ingreso 200 veces superior al del 5% más pobre. Por eso, Chile es deprimente, tenemos un coeficiente de Gini de entre 0.55 a 0.57: si somos objetivos con este dato, somos ante el mundo un país tan injusto como Swazilandia, Brasil, Lesotho o Sudáfrica, países con apartheid racial y paradigmas de la injusticia, corrupción y tercermundismo. ¿Por qué Chile debe ser distinto y considerado mejor? En rigor, nuestro país es un Estado que en su interior aloja a dos naciones, una, la de los herederos económicos, culturales y políticos, y otra, la de los pobres huevones que sólo se sacan la mierda trabajando para un lote de familias de cafiches y ladrones que parasitan del Estado y los recursos naturales del país. Para el resto no hay nada, ni siquiera derecho a enfermarse y ser bien atendido, o a tener una vejez con una pensión digna por estar en una AFP.

Y todo esto, gracias a nuestro sistema político, el mismo que los señores ahora no quieren cambiar, vociferando y amenazando, como siempre, ante el miedo a perder sus granjerías y privilegios, como dijera el iluso de Salvador Allende, cuando confiaba en todos los oportunistas que hoy nos gobiernan y se llenan los bolsillos a vista y paciencia de todo el mundo.



Recopilado por dpm
07-Nov-2006